Por desgracia te puede perjudicar tomar duchas largas, a menos que lo hagas con agua fría. Las duchas calientes y largas atacan fuertemente la capa natural de ácido que protege la piel. El propósito de esta finísima capa de sustancias es protegerte de hongos, bacterias y virus.
Mientras más tiempo pases bajo la ducha, más grasa, proteínas, humedad y minerales valiosos se van por la cañería. Te cae mejor y ahorra tiempo utilizar aceites para ducha o un gel con balance de lípidos, además de hacer innecesario untarte algo después del baño. Consejo: un chorro de agua helada, al terminar, ejercita los vasos sanguíneos y estimula la circulación.
fuente: Esquire
No hay comentarios.:
Publicar un comentario