En el número 31 de la Rue Cambon habita la leyenda; una historia icónica que habla de moda, elegancia revolucionaria e ideas propias. Y es que el apartamento privado de Coco Chanel es mucho más que un simple inmueble.
Entre sus paredes, la gran dama francesa vivió los momentos más felices de su vida, pero también algunos muy duros. Allí encontró refugio e inspiración. Bajo sus techos altos, Mademoiselle Coco creó algunas de sus colecciones más emblemáticas, hizo las cosas a su manera y se convirtió en el mito que hoy es.
Porque el vocabulario creativo de Coco Chanel inunda todos los rincones de su hogar. Los números, los motivos, los colores y los animales de los distintos espacios exhalan una atmósfera personal y misteriosa a la vez que dan fe de la modernidad de su estilo. No falta ningún detalle: desde la bergère tapizada de satén blanco sobre la que Chanel fue fotografiada por Horst en 1937, hasta los biombos de Coromandel o los espejos venecianos, pasando por las paredes tapizadas por ediciones encuadernadas en piel de Shakespeare, Voltaire, Byron y Brontë, o el lustro en cristal de roca del salón en el que se puede descubrir, poniendo un poco de atención, una floración de camelias; sin olvidarnos del número cinco, la doble C y las iniciales G, de Gabrielle, y W, de Westminster.
fuente: zeleb
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