Un gran prestigioso elenco de actrices francesas se mezclan con el cine italiano más clásico para inspirar la nueva colección de Karl Lagerfled para Chanel, que se presenta en un espectacular show bajo el título Métiers d'Art.
El binomio 'blanco y negro' vuelve a la carga en trajes de dos piezas, el encaje nos evoca la máxima feminidad y los colores tostados, champagne o tejas aparecen para dar vida a una colección única.
Conjuntos, a menudo acompañados por capas, que se transforman para la noche. Al caer el sol, la silueta se vuelve ultra femenina y se llena de elegancia y delicadeza. Es el momento de los encajes, los vestidos de tubo, el terciopelo, la seda y el georgette.
Un París en blanco y negro con discretas luces ha sido la atmósfera elegida por el alemán para rendir su particular homenaje a los talleres artesanales o, literalmente, a los "maestros de arte". Con esta expresión, la firma se refiere a los estudios que se encargan de labores tan concretas y minuciosas como la manipulación de las plumas, la creación de los sombreros o el diseño de un tipo concreto de bordado.
Y a ellos dedica cada año un desfile que busca preservar un patrimonio único y contribuir a la formación de nuevos trabajadores para asegurar la pervivencia de los oficios. Con esta colección de "media costura", Chanel ha querido subrayar la importancia del trabajo de estos artesanos y lo ha hecho en una atmósfera de ensueño.
Las modelos salieron de una estación de metro de nombre Paris-Rome con dos nuevas versiones del icónico traje Chanel: una formada por chaqueta, falda recta y pantalones pitillo y otra de vestido en trampantojo. En los pies, zapatos destalonados en dos colores o sandalias adornadas por perlas.
Al blanco y negro del decorado se han unido los tonos de un "otoño tardío romano", es decir, los colores fetiche de la maison: beige, crema, gris, azul marino y negro junto con una paleta de marrones, ocres, naranjas y capuchino. Tejidos como la lana, el cachemir, el cuero, la seda o la gasa combinan la elegancia típica parisina con el glamour italiano. También hay vestigios romanos en los motivos de mármol travertino que decoran los vestidos, faldas, blusas y abrigos de esta colección.
Y a ellos dedica cada año un desfile que busca preservar un patrimonio único y contribuir a la formación de nuevos trabajadores para asegurar la pervivencia de los oficios. Con esta colección de "media costura", Chanel ha querido subrayar la importancia del trabajo de estos artesanos y lo ha hecho en una atmósfera de ensueño.
Las modelos salieron de una estación de metro de nombre Paris-Rome con dos nuevas versiones del icónico traje Chanel: una formada por chaqueta, falda recta y pantalones pitillo y otra de vestido en trampantojo. En los pies, zapatos destalonados en dos colores o sandalias adornadas por perlas.
Al blanco y negro del decorado se han unido los tonos de un "otoño tardío romano", es decir, los colores fetiche de la maison: beige, crema, gris, azul marino y negro junto con una paleta de marrones, ocres, naranjas y capuchino. Tejidos como la lana, el cachemir, el cuero, la seda o la gasa combinan la elegancia típica parisina con el glamour italiano. También hay vestigios romanos en los motivos de mármol travertino que decoran los vestidos, faldas, blusas y abrigos de esta colección.
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